Mezquita Bab al Mardum de Toledo,
cristianizada como iglesia del Cristo de la
Luz
Ermita de la Virgen de la Luz (antigua mezquita de Bab-al-Mardum)
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Toledo, Mezquita de Bab Al Mardum (Cristo de la luz),
von Friedrich Gärtner, Lenbachhaus München, Wikipedia
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Mezquita del Cristo de la Luz de Toledo
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Mezquita del CRISTO DE LA LUZ
El edificio en la actualidad consta de dos partes muy diferenciadas: una está formada por crucero y un ábside en estilo románico-mudéjar construidos en el siglo XII, después de la reconquista de Toledo por Alfonso VI; la otra es la Casa de Oración de una mezquita árabe de época califal a la que se adosó el anterior y que, según consta en una inscripción descubierta en 1899 en la parte superior de la fachada principal y traducida por Amador de los Ríos, fue mandada construir por Ahmad ibn Hadidi, del que no tenemos más noticias, y terminada por el arquitecto Musa Ibn Alí, a finales del año 999, aunque según otras versiones de esa traducción, por ejemplo la que ofrece Pijoán en el tomo XII del Summa Artis, se especifica que "Fue reconstruida esta mezquita, renovándose la parte superior de ella". El propio Amador de los Ríos hizo un proyecto de restauración del conjunto completo incluyendo la Casa de la Oración, que sería la parte más antigua del edificio que se conserva, que él consideraba como la reconstrucción de una iglesia visigoda, y en la que sustituía el ábside y el transepto mudéjares por una cabecera formada por tres ábsides semicirculares muy poco creíbles para una iglesia visigoda, completándola con un patio porticado y naves laterales.
Se trata de una pequeña mezquita de barrio, cuyo nombre árabe no se ha conservado por lo que se la ha llamado de Valmardun (Bab-al-Mardum), nombre de la puerta de Toledo situada próxima a ella en la misma calle. Como es habitual en muchos casos de este tipo, existe una leyenda según la cual, gracias a un milagro, al tomar la ciudad las tropas cristianas en el año 1085 se encontró dentro de uno de sus muros un crucifijo con una luz aún encendida, se supone que desde antes de la invasión árabe, lo que parecía indicar, dado que sólo habían pasado 85 años desde su conversión en mezquita, que aún se recordaba que en la época visigoda existió una iglesia cristiana en ese lugar. Debido a ello, fue convertida inmediatamente en iglesia y es conocida como del Cristo de La Luz.
A partir de ese momento la iglesia ha sufrido múltiples modificaciones, la primera en el siglo XII, en que se le añadieron el ábside y el transepto mudéjares, para lo que se hizo desaparecer el costado nordeste de la construcción original. A lo largo de los ocho siglos en que se mantuvo el culto católico, además de añadirle un pórtico delante de la fachada principal y una torre cuadrada de 5m de lado, adosada al ábside, que no se llegó a terminar, se creó un cementerio en el lado norte y también se utilizó su interior para algunos enterramientos. A su vez se fueron adosando otros edificios en varios de sus costados.
Pero es a partir de mediados del siglo XIX y durante casi un siglo, cuando el edificio ha sufrido las mayores transformaciones. Redescubierta en pleno periodo romántico, atrajo el interés de los intelectuales de la época, que promovieron un amplio conjunto de actuaciones tendentes a recuperar el aspecto original de su fase islámica pero que, a la vez que se eliminaban los edificios adosados, se iban completando, restaurando o sustituyendo algunas partes del edificio con el sentido historicista de la época, por lo que en algunas zonas actualmente es imposible conocer su aspecto original. Encontramos un caso muy significativo en el que se supone muro de la qibla, rehecho en su mayor parte, y en cuya reconstrucción se incluyó también un arco central, destruyendo su estado anterior, excepto quizá la parte baja del muro y las ventanas superiores, lo que impide saber si existía en él un mihrab y, en caso de que existiera, donde estaba y cual era su forma.
En la actualidad se está desarrollando un programa completo de investigación arqueológica y restauración de la mezquita y su entorno que esta permitiendo conocer en profundidad las características del edificio y de esa zona de Toledo y corregir sólo parte de las actuaciones anteriores. Algunas de las conclusiones obtenidas hasta el momento permiten aclarar muchas de las noticias contradictorias que existían sobre la historia y la estructura del Cristo de la Luz. De entre las de más interés sobre el edificio del siglo X, podemos destacar las siguientes:
El descubrimiento en la explanada norte del Cristo de la Luz de una calzada romana de seis metros de anchura y bajo la que ha aparecido un cloaca. La calzada, sobre la que se construyó una parte de la Mezquita, es una de las más importantes que conocemos en España, estaba formada por grandes losas de granito y discurriría en dirección norte a sur. La estructura urbanística de la zona fue modificada durante la dominación árabe, enterrando la calzada romana bajo un conjunto de nuevas construcciones, entre ellas nuestra mezquita, con sus correspondientes calles.
No se han encontrado restos de ninguna edificación anterior debajo de la Casa de Oración, por lo que se desecha la posibilidad de que fuera construida sobre una iglesia visigoda anterior.
Los restos aparecidos debajo del ábside del siglo XII, corresponden a la cimentación de dicho ábside, construida en piedra y de gran grosor. Tampoco debajo de dicho ábside ha aparecido ningún resto de construcción romana, como se había pensado inicialmente.
La mezquita de Bab-al-Mardum era un edificio exento, elevado con respecto a la cota de la calle lo que le otorgaba una gran suntuosidad. Un detalle interesante es que no disponía de una orientación canónica, ya que no tiene ningún costado orientado hacia el este lo que suele ser habitual en España, tanto en las iglesias cristianas como las mezquitas que conocemos. Debido a esa falta de referencia respecto a una orientación normalizada, se ha considerado generalmente como fachada principal la situada al suroeste, frente a la calle del Cristo de La Luz, debido a que fue en ella donde se encontró la inscripción fundacional.
Su planta tiene forma de cruz griega inscrita en un rectángulo de 7,90 x 8,60m, que forma nueve compartimentos casi cuadrados, de algo menos de 2m de lado y separados mediante arcos de herradura. Todos los tramos son de 8m de altura, excepto la cúpula central, soportada sobre cuatro columnas cilíndricas con capiteles visigodos reutilizados, que llega a los 10,60m. Como hemos indicado, en el siglo XII se le añadió en el costado noreste un gran ábside semicircular, considerado como la construcción más antigua que conocemos de estilo románico-mudéjar, lo que modificó sensiblemente la planta original. Gómez Moreno supuso, de acuerdo con los restos de cimentación encontrados en 1909, que el mihrab se encontraría en el centro del muro de la qibla, sería de planta cuadrada algo mayor que los compartimentos y habría sido modificado para colocar el altar al convertirla en iglesia en el siglo XI, pero según las investigaciones actuales esos restos son del siglo XVI y no se ha encontrado ninguna traza del mihrab.
Aunque, como veremos, tanto su técnica de construcción como toda la decoración que existe en las zonas que conservan su estructura original, son claramente islámicos, no conocemos ninguna construcción de este tipo en Al Andalus que pueda ser un antecedente del Cristo de La Luz, con una planta de trazado tan diferente al de la Mezquita de Córdoba. En el Arte Islámico sólo podemos encontrar fuera de España algunos edificios semejantes de construcción anterior, como las mezquitas de Balkh (Afganistán), Tabataba (Egipto), así como dos mezquitas existentes en Túnez, Bu Fatata y la de las Tres Puertas de Kairouan, ésta última es la más parecida y fue construida en el año 866 por un personaje proveniente de Al Andalus. Sin embargo, este tipo de estructura es muy habitual en el arte cristiano, habiéndose extendido a partir de Bizancio a toda Europa desde fechas muy anteriores a la aparición del Islam y generando una tradición de iglesias prerrománicas cruciformes en España, de las que se podría tomar como un primer antecedente la Basílica de Carranque, tan próxima a Toledo, y que continuaría en edificios anteriores al Cristo de La Luz tan interesantes como San Fructuoso de Montelios, Santa María de Lebeña ó San Miguel de Tarrasa entre otros, e incluso en algún edificio carolingio como Germiny-des-Prés, construido por el obispo Teodulfo, de origen visigodo.
Construida en ladrillo, con mortero de cal, excepto en algunas zonas como la parte inferior que se conserva del muro de la qibla, en que existe alguna sillería reutilizada, su imagen actual es la de un gran cubo, del que sobresale, en el centro de la cubierta de tejas a cuatro aguas, una linterna central cuadrada y también cubierta por un pequeño tejado a cuatro aguas, en ambos casos soportados por grandes aleros sobre modillones. Posteriormente se añadieron un tramo recto y un gran ábside semicircular en estilo mudéjar que concuerda perfectamente con el edificio original, formando un conjunto homogéneo de una estética exterior muy atractiva.
La fachada principal está formada por tres cuerpos, de ellos en el primero existen tres puertas terminadas en arcos de distinta forma, la situada a la izquierda por un arco polilobulado, la central por un arco de medio punto resultado de una modificación posterior y el último por un arco de herradura. El segundo cuerpo está decorado por una doble arquería de herradura entrelazada y el tercero presenta una celosía calada sobre la que se encuentra la inscripción cúfica a la que hemos hecho referencia, que informa sobre su origen y su fecha de construcción y que tiene la particularidad de que es la única inscripción árabe que se conoce que está creada exclusivamente a base de fragmentos de ladrillos.
La fachada situada en el costado izquierdo, que daba paso a un patio en el que aún se conserva un pozo, que suponemos sería utilizado para las abluciones, está también formada por tres arcos de herradura inscritos en arcos de medio punto de mucho mayor altura, enmarcados por un alfiz triple. Sobre ellos existe un bello conjunto de arcos de herradura, decorados mediante la utilización de dovelas a dos colores al estilo de los de la Mezquita de Córdoba, dentro de arcos polilobulados. El conjunto se cierra con un doble friso decorado con ladrillos colocados en picos de sierra, sobre el que se sitúan los modillones que soportan el gran alero del tejado. De las otras dos fachadas, como ya hemos indicado la de la qibla ha sido muy modificada, conservando una arco de herradura reconstruido, y la cuarta, opuesta a la principal, desapareció en el siglo XII al construir la ampliación mudéjar.
Pero así como todo lo que vemos en su exterior pertenece sin ninguna duda al arte islámico, desde nuestro punto de vista en su interior debemos considerar dos niveles de características muy diferentes. Por un lado, en lo que podríamos llamar el primer nivel, que incluye el diseño de su planta y la estructura general del edificio, como hemos indicado, no tiene antecedentes en Al Andalus y sin embargo recuerda a las iglesias mozárabes más próximas al arte visigodo como Santa María de Wamba y Santa María de Lebeña, ambas anteriores a ella al menos en medio siglo, tanto por la imagen de solidez que ofrece el sistema formado por los doce arcos que soportan su estructura, como por su forma de cruz inscrita en un cuadrado y dividida en nueve compartimentos dotados de sistemas de cobertura independientes que, al igual que en los casos indicados, están separados por arcos de herradura que se apoyan sobre pilares con impostas en los muros laterales, y en cuatro columnas con capiteles y impostas en el centro, que además soportan la linterna.
Es en el segundo nivel donde nos encontramos de lleno en con el más puro arte califal. Sobre los arcos de herradura existe otro conjunto de pequeñas arquerías, en este caso formadas por arcos de herradura polilobulados que constituyen el sistema de apoyo de las nueve pequeñas cúpulas independientes que cubren cada uno de sus espacios. Todas esas cúpulas son diferentes, formadas por entramados de arcos sobre los que se apoya una falsa bóveda de mampostería, estos arcos son también de herradura en todos los casos excepto en el compartimento que se encontraba más próximo al minrhab, en el que son trilobuladas. Este sistema de abovedamiento, a base de cúpulas de nervios que no se cruzan en el centro, que será también un elemento muy significativo en algunos edificios mozárabes, está claramente inspirado en el que encontramos en la ampliación de al-Hakam II de la Mezquita de Córdoba, pocos años anterior.
Como resumen, la mezquita del Cristo de La Luz es desde nuestro punto de vista un claro ejemplo de la interrelación existente entre los distintos estilos artísticos que se fueron desarrollando en España entre los siglos V y XI. Como hemos explicado en otros puntos de este trabajo, aunque siempre se ha considerado muy importante la influencia de la cultura islámica en el arte español a partir del siglo VIII, creemos que no está suficientemente estudiada y valorada la que ejerció sobre el arte andalusí todo el trasfondo artístico y cultural que encontraron los árabes en la España visigoda. En este caso encontramos, dentro de una envoltura - fachadas, decoración y formas de cobertura - inequívocamente islámica, un diseño de planta y una estructura arquitectónica procedentes de Europa y muy extendidas en la península ibérica en los siglos anteriores a la llegada de los árabes, y todo ello utilizando como elemento integrador de lo visigodo, lo mozárabe y lo islámico, un tipo de arco de herradura que corresponde al desarrollo del arco visigodo por parte de árabes y mozárabes en Al Andalus y que se utilizó también tanto en la España cristiana como en gran parte de la arquitectura árabe del norte de África.
BIBLIOGRAFÍA
SUMMA ARTIS: Tomo XII
Arts & Civilisations de l'Islam: KÖNEMAN
L'Art Preroman Hispanique - L'Art Mozarabe: ZODIAQUE
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